Diario de mis vacaciones

Querido diario:

Siguiendo el recuerdo de las vacaciones que me estoy raspando, hoy he querido recordar los ratillos del mediodía que a mí me gustan. Resulta que en este nuevo hogar para mí, siempre hay gente con la que compartir un buen rato y un puñado de cervezas frías. Pese a mi corta edad ya he comprobado que la cerveza del mediodía es mucho más placentera que la de la noche, sobretodo si se acompaña de caracoles del Seba y de marmolejo de Lolina, la óptica que trabaja en Salmorejo.

Don Adrián es muy bueno conmigo y me está enseñando a hacer unas paellas riquísimas. Me estoy poniendo muy morenita como todos, menos el Mata, pero él me ha dicho que lo suyo es por estar a la sombra.

Y aunque parece que estoy secuestrada, sufriendo, y sin noticias del mundo exterior, eso no es así porque el Lalos me informa de todo lo que pasa (ya se lo de ETA y que Indurain este año no ganará el Tour).

Y poco más que si no, no sabré qué decirte en mi próxima carta.

P.D.: Don Adrián también me ha enseñado a echar el cloro con regadera por las noches, aunque me ha dicho que es una técnica algo obsoleta y en desuso.